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El sexo no es binario, y deberíamos dejar de pretender que lo es

Es hora de que la legislación y la educación reflejen el sexo como un espectro con opciones ilimitadas

Liza Brusman

Molecular Biology

University of Colorado, Boulder

Minerva Contreras

Neuroscience

University of California, San Diego

This article is also available in English. Translated by Minerva Contreras.

La forma en que Estados Unidos piensa sobre el sexo es incorrecta. Mucha gente cree que el sexo biológico es binario: es masculino o es femenino. Pero como en muchos binarios, las cosas son más complicadas de lo que parecen.

El sexo y el género, por ejemplo, no son lo mismo.  El sexo es nuestra biología – los cromosomas, hormonas, genes, órganos sexuales, y características secundarias que tenemos – mientras que el género se refiere a la forma en que pensamos sobre nuestra identidad en el contexto de nuestra cultura y las normas que funcionan en ella. Entender el género no como masculino o femenino, sino como una gama, es un desarrollo reciente para muchos estadounidenses. No ha sido una transición sencilla: Todos los días, la gente toma innumerables decisiones basadas en su sexo y su género, algunas que pueden provocar debates, como decidir que baño utilizar, llenar documentos legales, o competir en deportes.

Sin embargo, de la misma forma en que el género no es binario, nuestra biología tampoco es binaria; esta, también, existe en una gama. De hecho, el cuerpo de muchas personas posee una combinación de características físicas generalmente pensadas como masculinas o femeninas. Por ejemplo, algunas personas con insensibilidad androgénica tienen cromosomas XY, testículos internos, y genitales femeninos externos. Particularidades, incluyendo niveles hormonales, pueden también variar ampliamente tanto dentro como a través de los sexos. Pero las personas que recaen fuera de lo que se considera normal se enfrentan a discriminación. Considera la corredora sudafricana Caster Semenya, quien recientemente fue sujeta a regulaciones que le ordenaron disminuir sus niveles naturalmente altos de testosterona para poder competir con otras corredoras – aún cuando estudios han demostrado que, dado que los niveles de testosterona son altamente variables, los niveles naturales de testosterona entre hombres y mujeres traslapan.

Constantemente, a los estudiantes se les enseña que los bebés heredan cromosomas sexuales ya sea XX o XY, y que tener cromosomas XX te hace femenina, mientras que XY te hace masculino. En realidad, personas pueden tener XXY, XYY, X, XXX, u otras combinaciones de cromosomas – todas pueden resultar en una variedad de características sexuales. Además, también es verdad que algunas personas con cromosomas XX desarrollan sistemas reproductivos típicamente masculinos, y algunas personas con cromosomas XY desarrollan sistemas reproductivos típicamente femeninos.

Cuando los embriones se desarrollan inicialmente, todos inician con el mismo tracto reproductivo rudimentario – sin importar los cromosomas o los genes. Después, durante el desarrollo típico embrionario, embriones con el gen SRY – usualmente encontrado en el cromosoma Y – desarrollan testes, vesículas seminales, un epidídimo, conductores deferentes y un pene. Si el embrión tiene un gen WNT4 funcional – encontrado en el cromosoma 1 – y no un gen SRY, su sistema reproductivo entonces desarrollará ovarios, un útero, trompas de Falopio, y una vagina.

The chromosomes of a person with XXY, often called Klinefelter syndrome

Cariotipo XXY 

En ocasiones algunas personas resultan con características intersexuales, en situaciones médicas referidas como diferencias de desarrollo sexual (DSD, por sus siglas en inglés). Estas personas pueden decidir identificar su sexo como masculino, femenino, y/o intersexo/con DSD, aunque muchos defensores de la intersexualidad argumentan en contra del uso de DSD ya que insinúa que este se debe “arreglar.” 

Hay muchas maneras en que las personas pueden ser intersexo. Por ejemplo, embriones XX con un gen SRY se desarrollarán como masculinos típicos, mientras que embriones XY sin el gen SRY se desarrollarán como femeninos típicos. Hay además otras variantes genéticas en ciertos genes que pueden alterar los niveles hormonales, resultando en un sistema reproductor que no es estrictamente masculino ni femenino. Estos cambios pueden causar que el sistema reproductivo de alguna persona no “coincida” con sus cromosomas.  

En los Estados Unidos, cuando un bebé nace con genitales ambiguos, los doctores comúnmente recomiendan cirugía reconstructiva para alinear la anatomía del bebé con una anatomía más cercana a típicamente femenina o masculina. Se ha estimado que bebés con características intersexuales conforman el 2 por ciento de nacimientos, con esta clase de cirugía realizada en aproximadamente en 0.1 a 0.2 por ciento de los nacimientos – aún cuando la evidencia sugiere que esto puede causar daños físicos y psicológicos.

Un problema que envuelve la situación es que los doctores carecen de experiencia en tratar cuerpos que no son ni femeninos ni masculinos, complicando que estos entiendan las necesidades de sus pacientes. Esto es verdad no solo para personas intersexuales, sino también para pacientes transgénero y no-binarios, algunos de los cuales toman hormonas para que sus cuerpos se alineen más con su identidad de género. Algunos de estos pacientes puede que no estén buscando intervenciones médicas afirmantes, y solo quieran que sus pronombres sean respetados. Daño, tanto físico como mental, puede ser causado por aplicación médica de sexo binario, complicando que las personas busquen ayuda médica que necesiten en el futuro.

Abordar características sexuales de manera dañina se traducen al género porque nuestra sociedad suele pensar que el sexo y el género son intercambiables. Leyes y actitudes sociales pueden dificultar que las personas intersexo, transgénero, y no-binarias reciban servicios de salud adecuados, que participen en deportes, y que sean protegidos de discriminación.

La idea de que el género y el sexo son binarios dañan a todos estigmatizando características que yacen fuera de lo que la sociedad considera normal. Cambiar las actitudes y las estructuras sociales para reconocer que el sexo es una gama es una labor deprimente, pero es posible. Para realizar cambio real, necesitamos tanto educación pública sobre la gama del sexo biológico, cómo cambios políticos. Deberíamos prohibir cirugías en personas intersexo sin su consentimiento y reintegrar la interpretación del Título IX de la era de Obama para ejercer leyes que específicamente protegen a las personas intersexo, transgénero, o no-binarias.

El consultorio de la médica y/o el médico es a menudo el primer lugar donde las personas aprenden sobre ser intersexo, usualmente cuando refiere a ellas mismas o a sus hijos. Si – en lugar de recomendar que el bebé intersexo sea criado como masculino o femenino – las doctoras y los doctores educaran a sus pacientes y los padres sobre la gama del sexo, ayudaría a que las personas se sientan aceptadas en su cuerpo y a cambiar actitudes sobre lo que es normal. También es importante añadir educación sexual similar en las aulas de clase. Simplemente enseñar sobre la gama del sexo puede iniciar a romper el estigma.

En la actualidad, la discriminación basada en sexo y género es amplia. Por ejemplo, el lenguaje utilizado en documentos legales como licencias y pasaportes suele combinar el sexo y el género, y en muchas áreas de la vida, la ley ofrece protección sólo para sexos/géneros binarios. Aún cuando ciertos estados, como California, han actuado progresivamente en permitir que las personas elijan no-binario como un marcador de género en sus licencias de conducir, el gobierno federal permanece detrás. Esto deja a las personas vulnerables en muchas formas, incluyendo el trabajo, el mercado inmobiliario, y los servicios de salud.

Hay pocos ejemplos positivos que los Estados Unidos puede seguir: algunos países, incluyendo Australia, permite a las personas identificarse como tercer género o sexo. Alemania también permite la designación de tercer género. Aunque hay pocos países que permiten la identificación como tercer sexo, estos no necesariamente ofrecen protección legal de este tercer sexo. (Muchos, por ejemplo, no tienen leyes que prevengan que cirugías medicamente innecesarias sean realizadas en personas intersexo sin su consentimiento.) Sólo generar una nueva caja en donde meter a las personas no resuelve el problema necesariamente.

Para realmente ponerle un fin a la discriminación basada en sexo y género, necesitamos legislación que considere el sexo como una gama con opciones ilimitadas.

Para realmente ponerle un fin a la discriminación basada en sexo y género, necesitamos legislación que considere el sexo como una gama con opciones ilimitadas. En algunos casos, esto puede ser tan simple como expandir el lenguaje que ha sido utilizado en leyes como el Título IX para que explícitamente sean inclusivas a todos los sexos y géneros. Además, necesitamos leyes que específicamente protejan a las personas con sexos y géneros no-binarios en áreas como servicios de salud, laborales y de vivienda.

La ciencia es clara – el sexo es una gama. Sin embargo, la solución al desentendimiento del sexo no termina con científicas y científicos. Necesitamos también mejor educación pública y cambios estructurales para reconocer y proteger a las personas y su biología.